Brujo

Me acuerdo de ti. Y de todo lo que creía que seríamos. De tu libertad y de la mía y de cómo fuimos acortándola sin querer.

Sin dejarnos ser.

De cómo nos consumimos poco a poco, de lo poco que valieron los ideales porque no supimos convivir. Y me jode, y duele, y me destroza saber que hubiésemos sido magia, y luz, y efervescencia impúdica sino fuésemos humanos. Porque fue lo que lo hirió todo. Fue lo que hizo que muriese todo lo que sentíamos, lo que hizo que fuésemos todo lo que dijimos que nunca llegaríamos a ser.

Tus dudas, mis carencias, tus ausencias, mis dolencias. Y sé que te quiero todavía, que hay algo en mí que lucharía por todo tu ser. 

Pero ahora estoy rota, y necesito ordenarme.

Esta habitación me intoxica,

me drogo más que nunca,

enfermo más que siempre,

muero en mi jodida desidia. 

Pero encuentro la luz en mí, escondida,

hallo algo dentro, ganas de luchar,

ganas que creía perdidas.

Y me emborracho de cerveza cada día para no recordarte, para no recordarme a tu vera, para pensar que nunca te conocí, para sentir que nunca fui tu compañera.

Y muero, y me ahogo en mi soledad, pero a veces nado y soy libélula en libertad. Y vuelo sola, y escribo sola, y leo sola 

me

siento 

sola.
Ojalá encuentres felicidad en todo lo que te rodea, ojalá seas libre. Y nos encontremos en un rato con la sonrisa hasta las orejas. Es la despedida más triste y bonita que he dedicado, y me alegro que sea para ti, que has cambiado mi forma de ver el mundo,  que eres mago y brujo. 

Que éramos mar y arena.

Que recorrí tu cuerpo salado, 

que fui salitre en tus manos.

Que fuimos aullando a la luna y acabamos empapados.

Que vaya bonito, mi niño de ojos translúcidos, ojalá te vaya bonito. 

«El poder al pueblo, resiste a la autoridad».

Deja un comentario